jueves, 7 de septiembre de 2017

Cápsula Bíblica 2391

Estudiar la Biblia nos permite comprender no sólo las Palabras de Dios, sino aún las inquietudes que han afligido a los hombres a lo largo de miles de años. Quizás, una de las partes más apasionantes del estudio de la Biblia sea el poder identificarnos con las preguntas desafiantes de Job, con la indignación perturbadora de Habacuc o con la tristeza agónica de Jeremías en el Antiguo Testamento. Cada uno de ellos trae a colación una pregunta, un interrogante que quiere plantearlo delante de Dios: Por qué el sufrimiento del justo, en quién confiar cuando todas las certezas se han ido o cómo escapar de la seducción que provoca sobre el ser humano la pregunta por lo trascendente.

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