viernes, 22 de septiembre de 2017

Cápsula Bíblica 2406

Cuando hablando de Biblia, la Iglesia toca el tema de la «Tradición» (con mayúscula), se refiere siempre a la «Tradición Apostólica». No debemos confundir «la Tradición Apostólica» con la «tradición» que en general se refiere a costumbres, ideas, modos de vivir de un pueblo y que una generación recibe de las anteriores. Una tradición de este tipo es puramente humana y puede ser abandonada cuando se considera inútil. Así Jesús mismo rechazó ciertas tradiciones del pueblo judío: «Ustedes incluso dispensan del mandamiento de Dios para mantener la tradición de los hombres» (Mc 7,8). La Tradición Apostólica se refiere a la transmisión del Evangelio de Jesús. Jesús, además de enseñar a sus apóstoles con discursos y ejemplos, les enseñó una manera de orar, de actuar y de convivir. Estas eran las tradiciones que los apóstoles guardaban en la Iglesia. San Pablo en su carta a los Corintios se refiere a esta Tradición Apostólica: «Yo mismo recibí esta tradición que, a su vez, les he transmitido» (1 Cor 11, 23).

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