miércoles, 20 de septiembre de 2017

Cápsula Bíblica 2404

Desde el principio de la creación, Dios empezó a revelarse también a través de un contacto más directo con los hombres, mediante los antiguos profetas y de una manera perfecta y definitiva en la persona de Cristo Jesús, el Hijo de Dios. «En diversas ocasiones y bajo diferentes formas, Dios habló a nuestros padres, por medio de los profetas, hasta que, en estos días que son los últimos, nos habló a nosotros por medio de su Hijo» (Heb.1,1-2). Jesús nos reveló a Dios mediante sus palabras y obras, sus signos y milagros; sobre todo mediante su muerte y su gloriosa resurrección y con el envío del Espíritu Santo sobre su Iglesia. Todo lo que Jesús hizo y enseñó se llama «Evangelio», es decir, «Buena noticia de la Salvación». Esto es lo que conocemos como «Revelación sobrenatural» o divina.

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