jueves, 3 de agosto de 2017

Cápsula Bíblica 2357

La obra del Espíritu Santo es producir el fruto del Espíritu en nuestras vidas. Todos los bautizados gozamos de los frutos del Espíritu Santo. Él nos da sus frutos, así que Él produce todo o nada en nuestras vidas si lo dejamos o no actuar, dependiendo de nuestra relación espiritual con Dios. Cuando el pecado entra, el fruto cambia del fruto del Espíritu al fruto de la carne. El deseo de cada cristiano debe ser llegar a ver el correcto fruto en su vida y darlo a los demás. El Espíritu Santo obra en nuestras vidas y produce su fruto cuando nos sometemos a su control. Si Él no es Señor de todo, Él no es Señor de nada (Gálatas 5,22-24).

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