viernes, 4 de agosto de 2017

Cápsula Bíblica 2358

Dios creó el primer hombre del polvo de la tierra (Génesis 2,7). De todos modos, a través de la historia Dios creó seres humanos de diferentes maneras: Por concepción entre hombre y mujer (lo ordinario); sin hombre ni mujer, como Adán; sin la participación de una mujer, en el caso de Eva; sin la participación de un hombre, Como la concepción virginal de Cristo en el seno de María Santísima. Todo esto es evidencia del poder de Dios sobre la vida. Dios dice acerca de su criatura el hombre, «para gloria mía los he creado, los formé y los hice» (Isaías 43,7). Entonces la pregunta es ¿Cuál es la meta final del hombre? Apropiadamente podemos responder como san Ireneo lo afirma: «la meta final de todo hombre es glorificar a Dios.»

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