miércoles, 16 de agosto de 2017

Cápsula Bíblica 2370

Para llevar el Evangelio por todo el mundo, Jesús encargó a los apóstoles y a sus sucesores: «Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado. Yo estoy con ustedes todos los días has-ta que se termine este mundo» (Mt. 28,18-20). En este pasaje bíblico notamos cómo Jesús ordenó «predicar» y «proclamar» su Evangelio. Y de hecho los Apóstoles «predicaron» la Buena Nueva de Cristo. Años después algunos de ellos pusieron por escrito esta predicación. Es decir, al comienzo la Iglesia se preocupó de predicar el Evangelio. Por supuesto, el Evangelio que Jesús entregó a los Apóstoles no estaba escrito. Jesús no escribió nunca una carta a sus Apóstoles; su enseñanza era solamente oral. Así lo hicieron también los Apóstoles y después todo, por inspiración divina, se fue consignando por escrito.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario