domingo, 13 de agosto de 2017

Cápsula Bíblica 2367

Es muy natural que el hombre sea curioso acerca de su origen. Siempre así lo ha sido. Varias teorías han sido propuestas en diferentes tiempos por filósofos. La más moderna es la teoría de la evolución, la cual afirma que los ancestros humanos son los animales. No hay evidencias que el hombre primitivo haya sido diferente al hombre moderno. El hecho de que la sangre humana es «una» a través del mundo, prueba que no es un proceso de evolución (Hechos 17,26). La sangre de los animales no sustenta la vida humana. No podemos mezclar nuestra sangre con la sangre de los animales. Desde los peces a las aves, desde los animales al hombre, Dios creó cada uno según su género (Génesis 1,24-25).

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