lunes, 11 de diciembre de 2017

Cápsula Bíblica 2486

La Biblia no busca enseñarnos verdades científicas ni ciencias naturales. Lo que propone, por ejemplo en el libro del Génesis cuando habla del «fruto prohibido», que no especifica que sea una manzana, es que el pecado puede ser algo apetitoso y bello, que no por ser algo del mal es necesariamente algo horripilante o que cause miedo. El mal es tan sutil que le basta engañar al ser humano seduciéndole con atractivos como un fruto apetitoso. 

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