sábado, 9 de julio de 2011

Cápsula Bíblica 145

Trata de organizar tu vida de tal manera que todos los días encuentres un momento de 5 a 10 minutos para leer y meditar la Biblia. Busca un lugar tranquilo. Lee sistemáticamente, no saltando de una parte a otra, ni abriendo el libro al azar. Nunca leas la Biblia para satisfacer tu curiosidad o sólo para saber más, sino para indagar lo que Dios quiere decirte. Pues la Biblia es la Palabra de Dios, es la carta que El envía a sus hijos. En la Biblia no busques ciencia, sino sabiduría. No tengas miedo de subrayar y poner anotaciones en tu Biblia. La Biblia no es un libro para guardar, sino para ser leída. Dice san Jerónimo: «No debes retirarte al descanso nocturno sin haber llenado tu corazón con una pequeña parte de la Palabra de Dios». 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario