viernes, 15 de julio de 2011

Cápsula Bíblica 151

Con estas palabras se refirió Gabriela Mistral, la poetisa chilena, a la Biblia: "Libro mío, libro en cualquier tiempo y en cualquier hora, bueno y amigo para mi corazón, fuerte, poderoso compañero... ¿Cuándo acudí a ti en vano,... único libro de los hombres? Por David amé el canto, merecedor de la amargura humana. En Eclesiastés hallé mi viejo gemido de la vanidad de la vida, y tan mío ha llegado a ser vuestro acento que ya ni sé cuándo digo mi queja y cuándo repito solamente la de vuestros dolores. Nunca me fatigaste, como los poemas de los hombres. Siempre eres fresco, recién conocido, como la hierba de julio, y tu sinceridad es la única en que no hallo peligro... Tu desnudez asusta a los hipócritas y tu pureza es odiosa a los libertinos. Yo te amo todo, desde el nardo de la parábola hasta el adjetivo crudo de los Números". ¿Tenemos algo que decir nosotros?

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