viernes, 21 de septiembre de 2012

Cápsula Bíblica 585

Si cuando leemos la Biblia, no se logra esclarecer el significado de algo de lo leído y no es de gran importancia, hay que seguir adelante libremente y no estancarse. Conviene en determinados casos cuando habla el Señor, reemplazar los nombres propios de la Biblia (Israel, Jacob, Tomás...) con el nombre propio del lector. De este modo, se percibe el amor de Dios cuando les habló.

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