domingo, 23 de septiembre de 2012

TORU TAKEMITSU... Un notable compositor japonés

A mediados de septiembre, se celebra cada año en Japón el ”Tokyo Game Show”, una Feria de videojuegos considerada la 2 ª mas importante del mundo y mucha, muchísima gente se entretiene ahora jugando de esta manera, sobre todo, como lo ha demostrado la feria de este año, que apenas ha concluido, en los teléfonos celulares o las tabletas.

Esta clase juegos ordinariamente va acompañado por música, como las películas, y hay un compositor japonés que, estoy seguro que si hubiera vivido en nuestra época, brillaría en la feria como un gran compositor de música para videojuegos. Me refiero a  Tōru Takemitsu  (武満 徹 Takemitsu Tōru, 8 de octubre, 1930–20 de febrero, 1996) y es por eso que esta semana quiero recomendar escuchar algo de su música.

Tōru Takemitsu fue un compositor de música que exploró —como pionero en esto— los principios de la composición musical propios de la música clásica occidental y la tradición musical japonesa. Tanto por separado como en combinación. Por un lado, Takemitsu fué un notable experimentador y creador de nuevas sonoridades, escribiendo más de 100 bandas sonoras para directores como Kurosawa, Imamura y Teshigahara, y componiendo piezas vanguardistas para cinta magnetofónica (música electroacústica) o para orquesta sinfónica y para la orquesta de música cortesana Gagaku. Por otro lado, fue un romántico y abierto admirador de la música popular, lo que es más que evidente en sus transcripciones de canciones de los Beatles o en su colección de canciones pop, en la que también utilizó poemas de su propia creación.

Tōru fue básicamente autodidacta en música, aunque estuvo muy influenciado por la música clásica francesa, en particular por la de Claude Debussy y Olivier Messiaen, y se vio reforzado por el contacto con músicos tanto amateurs como profesionales. En 1944 fué enviado a trabajar a una base militar en Saitama. Durante este tiempo todo lo que se le permitía escuchar eran canciones militares. Hacia 1946 entró a formar parte de un coro y luego trabajó para el ejército de ocupación como una especie de DJ. Su salario era básicamente la oportunidad de utilizar el piano de un teatro durante el día. Al terminar la guerra su mente ansiosa buscó refugio en otras sonoridades y sus intereses se fijaron en la música moderna occidental. La ocupación americana —que duraría hasta 1952— significó para él un flujo continuo de novedades básicamente americanas. Las fuerzas de ocupación establecieron una estación de radio que fue su principal fuente de influencia musical. Fue durante esos años, en los cuales pudo escuchar más composiciones de maestros como Mahler o Gershwin, y sobre todo, Debussy, Messiaen y Schönberg y decidió convertirse en compositor.

Al principio, este eminente compositor, se interesó poco por la música tradicional japonesa, pero luego incorporó instrumentos japoneses, tales como el shakuhachi (una especie de flauta de bambú) a la orquesta. Su obra November Steps (1967), para shakuhachi, biwa (un tipo de laúd japonés) y orquesta fue la primera pieza filarmónica en la que se combinaron instrumentos occidentales y orientales. Su In an Autumn Garden (1973-79) fue escrito para el tipo de orquesta que hubiera tocado gagaku (música tradicional de la corte imperial japonesa). Obras como Eclipse (1966) para shakuhachi y biwa, Voyage (1973), para tres biwas, pueden mencionarse como piezas que decididamente se derivan de los géneros tradicionales.

Takemitsu llamó por primera vez la atención de amplias audiencias con su Requiem para orquesta de cuerda (1957) que fue accidentalmente escuchado y alabado por Ígor Stravinski en 1959 (un día en que se pretendía que Stravinski escuchara unas cintas grabadas con música de compositores japoneses, pusieron en escucha por error, la cara contraria de una cinta en la que se había grabado el Requiem de Takemitsu. Intentaron enmendar el error, pero Stravinski no lo permitió hasta completar la escucha y terminó admirando en público la obra de Takemitsu).

La obra de  Tōru Takemitsu incluye la pieza para orquesta A Flock Descends Into the Pentagonal Garden (1977), Riverrun para piano y orquesta (1984 (cuyo título es la primera palabra del Finnegans Wake de James Joyce), y el cuarteto de cuerda A way a Lone (1981), otra pieza inspirada por la lectura de Finnegans Wake). En 1981 rehizo su Toward the Sea (para flauta y guitarra) dos veces más, una para flauta, arpa y orquesta de cuerda y luego para flauta y arpa. Música de cámara como Distance de Fee (1951) para violín y piano, o Between tides, para violín, violonchelo y piano, deben mencionarse. Y joyas de la música para piano como Rain tree sketch (1982), Rain Tree Sketch II (1992), Les Yeux Clos (1979) y Les Yeux Clos II (1988) son consideradas entre las mejores piezas para el instrumento escritas en el siglo XX.

La música para cine de Takemitsu está profundamente enraizada en el concepto de que cada nueva película necesita un nuevo color sonoro y tiene tanto que ver con obtener nuevos sonidos de la película, como con que nuevos sonidos entren a formar parte de la película. ¡Imaginen que hubiera hecho para los videojuegos hoy!

Tōru Takemitsu murió en Tokio el 20 de febrero de 1996.

En 1994 le fue otorgado el Premio Grawemeyer de Composición por la obra Fantasma/Cantos, para clarinete y orquesta. Fue premiado a título póstumo con el cuarto premio Glenn Gould en otoño de 1996.

Los dejo con algo de Toru Takemitsu.





No hay comentarios.:

Publicar un comentario