miércoles, 26 de septiembre de 2012

Cápsula Bíblica 590

Muchos de los que leen la Biblia, ateos o de algunas sectas, afirman cosas como el decir que Jesucristo no es Dios, que no existe la Trinidad, que el Espíritu Santo no es Dios, que Cristo no resucitó con el cuerpo, que el alma humana no es inmortal. Algunos otros, a pesar de decir que a diario leen las Escrituras afirman incluso que no existe el infierno. Pudiéramos preguntarnos de dónde sacan estas ideas y podemos llegar a la conclusión de que se trata de gente que no tiene cultura religiosa y que busca interpretar ciertos versículos de la Biblia a su conveniencia. ¿Por qué entonces si allí se dice que hay que arrancarse la mano o el ojo si son ocasión de pecado, no se arrancan nada? Leer la Biblia es mucho más que interpretar ciertas partes al pie de la letra, es buscar la relación «personal» con Alguien que nos ama y cuida de nosotros como sus hijos. Por eso María Santísima es la primera de la que podemos afirmar que escucha la Palabra y la pone en práctica.

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