viernes, 14 de junio de 2013

Cápsula Bíblica 850

La literatura egipcia creía que los escritores eran guiados o escuchaban a los dioses; los griegos creían que las musas inspiraban especialmente a los poetas; los aztecas creían que había hombre con corazones endiosados, los poetas, que en lo profundo de su corazón descubrían una inspiración divina. La inspiración bíblica es algo mucho más profundo y sublime, algo inigualable. Dios sigue hablando hoy a cada persona, a través de los libros sagrados, del mismo modo que comenzó a hablar desde el momento en que fueron escritos.

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