sábado, 22 de marzo de 2014

A veces, parece que Dios se esconde, pero Él está siempre a nuestro lado...

"¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Lejos estás de mi socorro, de las palabras de mi gemido!" (Sal 22,2).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario