jueves, 18 de septiembre de 2014

Cápsula Bíblica 1307

En la Biblia se compara muchas veces el alma con un huerto. Tenemos, por ejemplo, la expresión del Cantar de los Cantares: «Venga mi Amado a su huerto y sáciese con el fruto de los manzanos» (Cant 5,1). Al leer la Biblia hay que pensar en este huerto, el huerto de nuestro corazón, el huerto en donde se deben cultivar todas las virtudes.

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