jueves, 18 de diciembre de 2014

Cápsula Bíblica 1399

Son muchos los santos y beatos que han dejado innumerables tesoros para los que se adentran en el paraíso de la Palabra de Dios. Por ejemplo, Santa Gertrudis nos dice lo que el Señor le dictó a su corazón de alma enamorada de la Palabra Divina: “Hija mía, busca aquellas palabras mías que respiran más amor, escríbelas y después, guardándolas como reliquias preciosas, ten cuidado de releerlas a menudo. Cuando un amigo quiere despertar en otro amigo la viveza de su primer cariño, le dice: Acuérdate de lo que sentías cuando me dijiste tal palabra. O bien: ¿Te acuerdas de tus sentimientos en tal tiempo, tal día, tal lugar? Créelo, pues; las más preciosas reliquias de mí quedan sobre la tierra, son las palabras de mi amor, las palabras salidas de mi mansísimo corazón”.

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