Recientemente he tenido la oportunidad de ejercer mi ministerio sacerdotal en medio del mundo de los adolescentes, fuego de hoy y esperanza del mañana, es por eso que ha venido a mi mente un libro sensacional que leí por primera vez precisamente cuando era un adolescente, en casa de mis padres y al calor de un hogar hermoso. Hoy quiero invitar, a quienes no lo han leído, o quieran adentrarse en él de nueva cuenta, a leer «HACE FALTA UN MUCHACHO».
Este es un libro que habla de formar el corazón, despertar la voluntad y modelar el carácter en el período de la adolescencia. El autor busca inculcar en los muchachos el amor al trabajo; estimular su atención y aplicación al estudio; infundir en su alma los tres amores que todos debemos tener: Amor a Dios, amor a la patria y amor a la propia familia; imbuir en los adolescentes sentimientos de caridad, de solidaridad y de altruismo; fomentar en los chicos esa aspiración a elevados y nobles ideales que hace tomar una actitud vital; hacerles ver las ventajas de la perseverancia y de la fidelidad; en una palabra, ayudar a los adolescentes a crecer combatiendo con inteligencia y con valor en la lucha por la vida, y hacer de ellos hombres de provecho, personas leales, gente de calidad y buenos ciudadanos.
El autor, Arturo Cuyás y Armengol, fue un periodista y escritor, autor de varios libros y de diccionarios de inglés-español y de francés-español. Cuyás, siendo español, conoció, se puede decir,a los adolescentes de todo el mundo, ya que tuvo la oportunidad de vivir en los Estados Unidos hasta poco después de 1898, cuando a causa de la guerra de los Estados Unidos contra España y por haber publicado algunos artículos a favor de España tuvo que dejar el país.
En literatura, esta obra es un libro imprescindible de orientación para la vida, valiosa en su contenido, digna de leerse y estudiarse; colmada de advertencias, lecciones de historia y sanos consejos para la juventud; contiene referencias, citas, siluetas de ilustres, obras y frases célebres de hombres igualmente célebres, entre algunos de ellos: Homero, Plutarco, Lincoln, Aristóteles, Franklin, Arquímedes, Platón, Galileo, Shakespeare, Cervantes, Newton, Dante; sin faltar la mención de la carta escrita por el maestro del género narrativo, Charles Dickens a su hijo menor
«HACE FALTA UN MUCHACHO» cubre muchas de las necesidades de nuestra sociedad actual en la que los adolescentes crecen casi solos o en su mayoría a expensas de unos padres que no forman una familia, sino que la deforman con la lluvia de inmadureces que caracterizan a los adultos de nuestro mundo actual. Es esencial hoy formar muchachos respetuosos hacia sus semejantes, leales, honrados.
Luego de convivir con jovencitos y jovencitas de varias naciones y diversas culturas en estos últimos tiempos, creo que hoy más que nunca, el texto de Cuyás es interesante y actual, a pesar de ser tan antiguo, por el énfasis que pone en estos aspectos de la educación que parecieron haberse olvidado o vuelto secundarios y que debían ser el punto de fuga de todo aprendizaje.
La lectura es muy amena, ya que el libro está redactado en pequeños capítulos que se cierran con algunas citas célebres, lo que lleva al lector a meditar sobre el tema correspondiente. El espíritu del libro queda resumido en una cita de Leibnitz que el autor usa en el texto: "Siempre he creído que, si se reformarse la educación de la juventud, se conseguiría reformar el linaje humano".
¡Lo recomiendo ampliamente!
Arturo Cuyás y Armengol,
"Hace falta un muchacho"
Ed. Porrúa
México 20° Edición.
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