viernes, 4 de diciembre de 2015

Cápsula Bíblica 1750

Parece increíble, pero aún son muchos los católicos que desconocen la Biblia. Muchos la tienen sin haberla abierto en años, o quizás nunca, desde el día de la boda o de la Misa de quince años. Dios quiere comunicarse con el hombre, pero nuestra condición escéptica e incrédula nos mantiene separados de él (sus iniquidades han hecho división entre ustedes y su Dios, y sus pecados han hecho ocultar de ustedes su rostro para no oír. Isaías 59,2a). Dios tuvo que buscar la manera de dejarnos una vía de comunicación abierta, a través de la cual se podría comunicar con nosotros para hacernos llegar su parecer y voluntad, además de hacerlo en la presencia de Jesús en la Eucaristía. Al igual que cuando una persona está enfadada con nosotros, a veces no nos queda más remedio que mandar una nota escrita a esa persona que no nos quiere ver. De igual manera, muchos de los católicos parecen estar «enfadados» (en contra de su voluntad) con Dios, y él nos ha querido dejar, además de la presencia de su Hijo Jesús en la Hostia Consagrada, una extensa nota escrita en la Sagrada Escritura, por eso todos aquellos que no pueden acercarse a recibir a Jesús en la Eucaristía, deberían acercarse a su Palabra con mucha más frecuencia.

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