domingo, 20 de diciembre de 2015

Cápsula Bíblica 1766

Cada cristiano es llamado a ser un discípulo-misionero del Señor. La Biblia nos recuerda claramente que todos los miembros de la Iglesia, no solo los sacerdotes, religiosos y los misioneros a tiempo completo, son llamados a servir al cuerpo de Cristo y a difundir las buenas nuevas de salvación. Todos hemos sido “creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Ef 2,10). Esto significa que todos tenemos tareas específicas e importantes que llevar a cabo en la Iglesia y en el mundo para que todos conozcan y amen a Dios.

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