miércoles, 23 de diciembre de 2015

Cápsula Biblica 1769

Siempre necesitamos hacer algo antes de que Dios dé una respuesta a nuestras oraciones: ¡Pedir! y pedir con confianza. Por ejemplo, si le decimos a Dios: “Señor, ayúdame a entender la Biblia”, al comenzar a leerla lo haremos con sus ojos, pero, recordemos que no podemos manipular una respuesta a nuestras peticiones, sino confiar en el poder de Dios. Además, nuestra capacidad de «llamar» es incomparable, porque nuestro Dios está de una manera intensa y personal interesado en nosotros. Nuestro Señor Jesucristo, en el Evangelio, utiliza las palabras «pedir, buscar y llamar», de tal manera que nos anima a pedir y seguir pidiendo; buscar y seguir buscando; llamar, y seguir llamando. En la Sagrada Escritura, la oración es comparada con el incienso, lo que implica una corriente continua que fluye de nosotros hasta llegar al cielo. ¿Estamos ofreciendo una fragancia continua al Señor por medio de las oraciones que elevamos a Él?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario