viernes, 18 de diciembre de 2015

Cápsula Bíblica 1764

La Biblia nos enseña que nuestro Dios constantemente nos hace un llamado a la santificación (Lv 11,44). El Padre celestial llama a sus hijos a vivir una vida de santidad. La santificación puede definirse como el ser apartado, o hecho santo, para los propósitos de Dios, el quedar «separado» para Dios y luego ser modelo para los demás. Por eso la Iglesia Católica tiene tanto cuidado de estar siempre buscando esos modelos de santidad que impulsen a todos sus miembros.

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