domingo, 6 de diciembre de 2015

El «Cuarteto para piano en Do menor Op. 13»... Una obra ambiciosa de un joven Strauss

Richard Georg Strauss fue un destacado compositor alemán del Romanticismo tardío. Es conocido particularmente por sus óperas, Lied y poemas sinfónicos. Él, junto con Gustav Mahler, representa el extraordinario florecimiento tardío del Romanticismo alemán después de Richard Wagner, en el cual delicadezas de orquestación vanguardistas son combinadas con un estilo armónico avanzado. La música de Strauss —quien también fue un destacado director— influenció profundamente en el desarrollo de la música en el siglo XX. Tras el éxito de sus poemas sinfónicos Don Juan (1889) y Las divertidas travesuras de Till Eulenspiegel (1895), Strauss compuso tres poemas sinfónicos de temática heroica, que han sido las obras que más han trascendido para el gran público: Así habló Zarathustra (Also spracht Zarathustra, 1896), Don Quijote (1897) y Una vida de héroe (Ein Heldenleben, 1898). Finalmente, aunque menos conocida para el gran público, Strauss consideraba que su obra cumbre en el terreno del poema sinfónico era la monumental Sinfonía Alpina (1915). 

El «Cuarteto para piano en Do menor Op. 13» es posiblemente la obra más ambiciosa del Strauss que va ya a remontar el vuelo profesional. Fue estrenado el día 8 de diciembre de 1885. Su técnica compositiva es de primer orden. La abundancia de ideas llega a hacerse apabullante. Max Steinitzer escribió que, en aquella época, apenas había nadie que pudiera componer tal obra: las excepciones implícitas en este "apenas" serían, supongo, Brahms y Bruckner. El "Allegro" de apertura, amplio, elaborado y tempestuoso, alcanza una temperatura elevada. Sigue el "Scherzo", fiel a la herencia schumanniana, pero con una figura en el piano ya decididamente straussiana, con la estructura clásica y el breve trío. El "Andante" es muy original, muy lírico; la melodía pasa del piano a las cuerdas a la manera de Brahms; el segundo tema es de nuevo "scherzante", como si el autor considerara que el "Scherzo" propiamente dicho nos ha sabido a poco. El "Finale: Vivace", otra vez schumanniano en el ritmo y el juego de las síncopas, posee la pasión y el entusiasmo de quien sabe ya muy bien a lo que puede atreverse.

Merece la pena, para testimoniar la gran consideración que estaba alcanzando el nuevo prodigio de apenas veintiún años en aquel entonces, recoger aquí la historia "social" paralela a la composición del Cuarteto con piano. El día 11 de junio de 1885, justamente el del cumpleaños de Strauss, Hans von Bülow escribió desde Francfort al duque Jorge lo siguiente: «¿Puedo contar con el señor Richard Strauss para la próxima temporada? Estoy convencido de que su trabajo será del agrado de Vuestra Alteza. El joven, excepcionalmente dotado está aquí desde hace varios días. Su única falta consiste en su edad: 22 años, pero toda su naturaleza le ha atraído el respeto de la Orquesta de la Corte, que ya ha tenido ocasión de apreciarlo como compositor». También se dirigió así a Strauss: «Me alegra ver confirmada en todas partes la favorable impresión que ha producido aquí la atrevida aparición de su personalidad, que lleva consigo un talento tan destacado». 

¡Escuchen el concierto en esta maravillosa versión del Verbier Festival Academy 2014!:

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