domingo, 13 de diciembre de 2015

Sinfonía Nº 1 en do menor, opus 68 de Brahms...una obra llena de ardor y tenaz aplicación

La Sinfonía Nº 1 en do menor, opus 68, de Johannes Brahms (1833-1897) es una obra llena de ardor y tenaz aplicación. En esta Sinfonía es donde se manifiesta mas abiertamente la afinidad de Brahms con Beethoven. El propio compositor consideraba que los movimientos (Sobre todo los mov. Nº 2 y Nº 3) eran demasiado bellos  para una Sinfonía, siendo más propios para una serenata.

En una ocasión, durante una conversación, Robert Schumann le sugirió a Brahms que compusiera una sinfonía y aceptara el desafío que planteaba Beethoven en su novena Sinfonía a su música. Brahms tenía miedo hacerlo, porque él y muchos otros tenían miedo a la responsabilidad de poder superar todo el legado sinfónico de Beethoven. Se había creado ya para aquel entonces un vacío en cuanto a la composición de sinfonías, después de la novena de Beethoven, ningún compositor se quería aventurar a componer sinfonías con tales proporciones.

Brahms fue experimentando inicialmente con algunos temas e ideas en sonatas para piano sinfónico, pero aún no se sentía seguro. Su Sinfonía nº 1 en do menor, Op. 68, se terminó en 1876 después de 15 años de bocetos y estudios. Su debut fue un éxito y, como era de esperar, las comparaciones con Beethoven no tardaron en aparecer. Brahms era tradicionalista respecto al uso de fórmulas y estructuras de la época clásica, y su complejo contrapunto fue el resultado de los estudios de las obras de los grandes maestros del barroco como Bach (1685 a 1750), todo esto, por supuesto, dentro de un lenguaje romántico. El compositor, pianista y director de orquesta Hans von Bülow alemán (1830 - 1894) llegó a llamar a la Sinfonía nº 1 de Brahms por "10a Sinfonía de Beethoven", porque las similitudes entre los estilos de ambos compositores eran evidentes. Brahms no era rígido en relación con las formas musicales, por el contrario, experimentó constantemente formas cada vez más abiertas y por eso pudo lograr tal magnitud.

Su Sinfonía No. 1, consta de cuatro movimientos. Como Beethoven, Brahms utiliza un movimiento lento entre las secciones más candentes, como es el caso del segundo movimiento. El equilibrio entre las sensaciones es algo que Brahms buscó incesantemente. La Sinfonía nº 1 de Brahms es una pieza de barrido, capaz de mover nuestras emociones desde el primero al último acorde, con una enorme variedad de inspirar momentos de gran poesía.



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