jueves, 4 de julio de 2013

Cápsula Bíblica 870

En el Antiguo Testamento, el Templo ocupa un lugar preponderante como espacio de encuentro con Dios. Mañana y tarde se inmolaba un cordero en sacrificio perpetuo y se hacían innumerables sacrificios privados, que se multiplicaban los días de fiesta. El Templo era el lugar de convocatoria para las tres grandes fiestas judías. En el Templo se inmolaban los corderos que habían de servir para la celebración de la Pascua. El santuario se encontraba rodeado de tres patios o atrios: el atrio de Israel, el atrio de las mujeres y el atrio de los gentiles. El Templo era un centro religioso y también político, ya que allí tenía su sede el Sanedrín.

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