miércoles, 17 de julio de 2013

Cápsula Bíblica 883

El lugar en donde se celebraba el culto israelita con ofrecimiento de sacrificios, se llamaba: "Templo" y se encontraba en Jerusalén. El templo, desde el Antiguo Testamento era considerado la casa de Dios. El primer templo fue construido en tiempos de Salomón, en el s. X a.C., y destruido por los babilonios en el 586; reconstruido en el 516, fue después reformado, ampliado y enriquecido por disposición de Herodes, el Grande, en tiempo de Jesús. En el 70 d.C. fue nuevamente destruido por los romanos, y hasta hoy no ha sido reconstruido. No quedó sino un pedazo de su muro occidental, llamado Muro de las Lamentaciones, porque a él van a rezar y a llorar personas piadosas. El Templo fue testigo de muchos gestos piadosos; pero, como centro de poder, de la ideología y de la economía del judaísmo, estuvo también unido a serios abusos. Basta recordar el pasaje en el que Jesús expulsa a los vendedores y cambistas.

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