domingo, 6 de noviembre de 2011

Cápsula Bíblica 265

Hay que hacer el propósito y el esfuerzo para cumplirlo, de no dejar pasar el día sin leer algo de la Biblia, porque el enemigo del alma es muy astuto y cada día pondrá alguna excusa para no dejarnos leer el Libro Santo, por ejemplo: "hoy estoy cansado". Mañana: "no tengo tiempo". El otro día: "estoy sin ganas de leer". Al siguiente: "no se entiende", etc., etc., y así pasan días y días, y al final del año no habremos leído nada y nos quedaremos sin aumentar nuestro amor a Dios y al prójimo y sin romper con nuestros pecados y sin progresar en la vida espiritual.

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