domingo, 6 de noviembre de 2011

La Cuarta de Mahler... una sinfonía de sus sinfonías más cortas y tal vez la más «clásica»

Esta semana quiero invitarles a escuchar una obra de mi compositor favorito,   la Sinfonía n.º 4 de Gustav Mahler, una de sus más cortas sinfonías y de las que más tardó en concluir—más de un año,  de julio de 1899 a agosto de 1900— y que escribió para soprano y orquesta.

La obra dura aproximadamente cincuenta minutos y se puede decir que es una verdadera excepción en la orquestación de Mahler, ya que no se incluyen trombones (es la única sinfonía en la que hace esto) y se pide una orquesta de tamaño “normal”. Es interesante escuchar que la voz de la soprano no interviene más que en el último movimiento y descubrir que en toda la obra destacan los arpegios y escalas de los violonchelos, del corno inglés y el clarinete bajo.

En 1982, Mahler había escrito el quinto lied del Des Knaben Wunderhorn, que dio pie a la composición del   cuarto movimiento de esta cuarta sinfonía: “Das himmlische Leben” (la Vida Celestial).  Este movimiento debía formar parte, en un principio, de la tercera sinfonía (siendo este un séptimo movimiento que luego fue suprimido) y luego Mahler decidió  hacer de este el final de su cuarta sinfonía y concibió los tres primeros movimientos en función del que ya tenía. Por lo cual su composición le llevó bastante tiempo.

Su composición se inició durante las vacaciones del verano 1899, tomadas después de dos años de función como director de la ópera de Viena, puesto que le había impedido componer hasta entonces. Empezó a componer pero paró y es hasta  el verano de 1900 que acabó todo lo que le faltaba en el sorprendente tiempo de menos de tres semanas. La obra resultó quizás la más clásica de sus composiciones, con un adagio (tercer movimiento) de un romanticismo fortísimo y un muy original final, con ese fantástico último movimiento como una gran pieza sinfonía orquestada en una especie de lied a cargo de la soprano solista.

La música de este obra es lírica y clásica, bien lejos de las composiciones más dramáticas que le son posteriores. El primer movimiento hace oír campanillas y temas de carácter de danzas campesinas. El segundo introduce un violín desafinado solo, dando un lado rústico a la división. El adagio es de una gran amplitud y juega sobre todo sobre las cuerdas, contrariamente a las dos primeras partes. Se termina por un tutti, introduciendo el último movimiento vocal. El texto del lied, cantado por una voz de soprano, enuncia los placeres gastronómicos del cielo. La orquesta termina por borrarse después de haber reanudado los temas campesinos del primer movimiento.

Es una pieza que vale la pena escuchar no una, sino varias veces para saborearla. Aquí les dejo en video  a la Filarmónica de Viena (Wiener Philharmoniker) dirigida por Leonard Bernstein interpretando la Cuarta Sinfonía de Gustav Mahler. ¡Qué la disfruten!




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