sábado, 8 de octubre de 2011

Cápsula Bíblica 236

Gracias a Dios hoy día en muchos católicos tenemos la Biblia como el libro sagrado de la casa. Ojalá que pronto llegue el día que cada católico sea un asiduo lector de la Escritura Sagrada. Se da el caso de católicos que, comienzan a leer la Biblia, pero se dejan llevar por interpretaciones parciales, caprichosas y fanáticas que poco a poco los llevan a adherirse, por mero sentimentalismo, a algunas de las muchas sectas bíblicas ya existentes, apartándose, por ignorancia, de la Iglesia Católica. No faltan también los que quieren leer toda la Biblia sin alguna explicación; o toman la Biblia como un juego de cartas abriendo el libro al azar, o saltando por aquí o por allá y piensan que Dios automáticamente les va a comenzar a hablar. Es un riesgo muy grande; es como jugar a la suerte. Para evitar estos peligros, no basta leer la Biblia con fe y devoción, hay que juntar la fe, la oración y la devoción con el estudio. Lee la Biblia diariamente y estudia solo o en grupo, recuerda que en la Iglesia Católica tenemos los grupos de meditación bíblica y las escuelas bíblicas.

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