domingo, 16 de octubre de 2011

"LOS PLANETAS" de Holst... una obra de un músico ¡aparte!

Hoy quiero compartir con ustedes «música programática», como mucha de la que tiene Beethoven, Berlioz, Strauss, Vivaldi y Mussorgsky entre otros. Sin embargo, tal vez la obra programática más célebre de los últimos cien años no fue compuesta por ninguno de estos compositores más conocidos, sino por Gustav Holst (1874-1934), un compositor inglés que escribió la más poderosa partitura programática del último siglo llamada "Los Planetas" (op. 32), basada en la caracterización antropométrica que el ser humano le ha otorgado a los planetas, dado que por su naturaleza un planeta en sí mismo no puede tener ni personalidad ni características humanas.

Estamos frente a una suite de siete movimientos, a cada uno de los cuales Holst le dio el nombre de un planeta (y su correspondiente deidad en la mitología grecorromana):

Marte, el portador de la Guerra.
Venus, el portador de la Paz.
Mercurio, el mensajero alado.
Júpiter, el portador de la Alegría.
Saturno, el portador de la Vejez.
Urano, el mago.
Neptuno, el místico.

La obra fue compuesta entre 1914 y 1918 y está parcialmente inspirada por meditaciones en su propio horóscopo; trata sobre "las siete influencias del destino y componentes de nuestro espíritu". A pesar de ello, el propio Holst declaró que la obra se basaba en la significación astrológica de los siete planetas representados en ella; que no era "música programática", que en caso de pretender encontrar un "programa", bastaba con los subtítulos de cada sección. Finalmente, declaró que "no había relación alguna con las deidades de la mitología clásica correspondientes a cada planeta. ¡En fin!

Ciertamente el éxito de esta obra no está basado en cuestiones racionales, sino en una viva imaginación casi poética que le permite a quien la escucha, fantasear, imaginar y pensar en lo que mejor le parezca, llevar su pensamiento tan lejos como lo están los propios planetas en el espacio con respecto a la Tierra. Holst no incluye a «La Tierra»,  ni a «Plutón», que no se había descubierto, sino hasta un poco después,  y, que a fin de cuentas, resulta que ya no es planeta.

Aunque Plutón fue descubierto durante la vida de Holst, en 1930, él no mostró interés en escribir un movimiento para este planeta. En 2000, la Hallé Orchestra comisionó al compositor y crítico musical británico Colin Matthews, especialista en la obra de Holst, que escribiera un nuevo movimiento, el octavo, al que Matthews tituló Plutón, el Renovador. Dedicado a Imogen Holst, hija de Gustav Holst, este nuevo movimiento fue presentado el 11 de mayo de 2000 en Mánchester, por la Orquesta Hallé bajo la dirección de Kent Nagano. Matthews cambió el final de Neptuno y lo convirtió en una transición a Plutón.

En cuanto al autor, pudiera decir que Gustav Holst es un tipo muy interesante. Nació en Inglaterra, pero por cosas de la vida se hizo Induísta y viajó a la India. Es por eso que no se sabe cómo considerarle en el mundo de la Música. Holst es uno de los compositores de música viva, fugaz, rompedora de todos los moldes habidos y por haber, y con esa chispa creadora de mundos mentales increíbles que hace él mismo un músico «aparte».

"Berliner Philarmoniker, dirigida por Herbert von Karajan:



Versión que inclyue «Plutón», con "The Hallé Orchestra", dirigida por Mark Elder:



Video de la Suite "Los Planetas"
con la "London Symphony Orchestra", dirigida por Richard Hickox



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