sábado, 25 de agosto de 2018

Cápsula Bíblica 2728

La toma de Jerusalén, la destrucción del Templo y el destierro del pueblo de Israel a Babilonia de los que habla el Antiguo Testamento, son un asunto de vital importancia en la historia de la salvación. Al principio aparecen solo como un espantoso castigo de Dios a su pueblo por las maldades de la gente, pero luego se ve que esto es la ocasión para un gran renacimiento de la religión y se comprende aquellos que dice. «no hay mal que por bien no venga». Aquello fue un medio elegido por Dios para que su pueblo se purificara y cambiara por completo su espiritualidad, perfeccionándola.

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