lunes, 11 de mayo de 2020

Cápsula Bíblica 3352

Abrir la Biblia es comprometerse con Dios, que nos habla. No puede uno acercarse a la Biblia como curioso, sino como hijo ante su Padre, como siervo ante el Señor. La Biblia es un libro, no sólo para estudiar, sino para meditar, vivir y transmitir. ―Bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios y la practican (cf. Lc 11, 28).

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