miércoles, 30 de septiembre de 2020

Cápsula Bíblica 3493

Hay que tener en cuenta que leer la Sagrada Escritura no es lo mismo que escuchar la Palabra de Dios. Cualquiera puede leer el texto bíblico; pero para ser «oyentes de la Palabra» es necesario que nos situemos con humildad delante de Dios y reconozcamos que él nos viene la salvación. En otras palabras es necesaria la fe que busca comprometidamente el encuentro con el Señor. De otra manera la Biblia será para nosotros letra muerta.

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