Cápsula Bíblica 3555

El influjo divino de la inspiración escriturística lo toca todo y lo penetra todo; se sirve de todas las capacidades del autor humano, pero también se ve modificado por características propias de este instrumento. De allí que sea normal encontrar en la Biblia géneros literarios tan diferentes: desde listas frías, genealogías interminables, esquemas áridos; hasta formas literarias de elevada perfección poética como Isaías y Job, y de delicada expresión lírica, como los Salmos y el Cantar de los Cantares; como también verdaderas obras maestras, ya sea por su estilo y estructura literaria, como Hebreos; o por la sublimidad doctrinal de su pensamiento, como Efesios y el cuarto Evangelio.