Que nadie nos confunda intentando que la Biblia haga afirmaciones científicas en contradicción con lo que la ciencia moderna asegure de un mismo hecho. No se le hace ningún servicio a la Biblia queriendo que tenga razón en extremos en que no tiene por qué tenerla. ¡Como si la Biblia fuese un libro de ciencia más! Hay que recordar que los escritores inspirados por Dios vivieron en un tiempo y un espacio en el que la ciencia no estaba desarrollada como ahora. Dios no quiso adelantarse al tiempo y respetó la forma de ver y de pensar del pueblo elegido.
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