miércoles, 12 de agosto de 2020

Cápsula Bíblica 3444

Leer, estudiar, y meditar la Biblia. De aquí brota todo un programa con diferentes enfoques con los que se puede y se debe entrar en contacto con la Escritura. Nadie da lo que no tiene, ni habla de lo que no conoce, ni hace gustar lo que no ama. Por eso para comunicar eficazmente la palabra de Dios es necesario en primer lugar conocerla, poseerla y gustarla. Es preciso tener experiencia de lo que es y produce la palabra de Dios. Jesús decía «Yo hablo lo que he visto donde mi padre» (Jn 8,38). Y San Juan escribía «Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca del verbo de la vida, se lo anunciamos para que también ustedes estén en comunión con nosotros» (1 Jn 1,1-3). 

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