domingo, 13 de octubre de 2013

«CUARTETO VIRREINAL»... una obra muy mexicana con espíritu de niño

Esta semana quiero invitarles a escuchar «CUARTETO VIRREINAL», una obra para cuarteto de cuerdas compuesta por Miguel Bernal Jiménez en 1937 y de la que no hay casi nada de información y por lo tanto, puedo hablar más bien de su autor, que de la mencionada obra.

Este cuarteto es una de las primeras obras del compositor y tal vez esta sea la razón para que poco se haya escrito sobre ella. Se trata de una música ágil, sencilla y pegajosa, que nos recuerda las rimas infantiles del tiempo de muchos de nosotros y que invita a sacar ese niño interior que todos llevamos dentro. Se puede decir que Miguel quiso crear una obra peculiar y delicada que incorpora, en cuatro movimientos, melodías populares mexicanas de todos los tiempos. «A la víbora de la mar» abre el Cuarteto en un tono muy alegre y aparece también «Naranja dulce», en el segundo movimiento.

Existe una grabación del Cuarteto Virreinal realizada por el Cuarteto Latinoamericano y otra de Alauda Ensemble.

Pero bueno, en vista de lo poco que se puede decir de la obra, hablo ahora del autor. José Ignacio Miguel Julián Bernal Jiménez, mejor conocido como Miguel Bernal, es un compositor mexicano que nació en Morelia, Michoacán, el 16 de febrero de 1910 y murió en León, Guanajuato, el 26 de julio de 1956). Además de compositor fue también organista, pedagogo y musicólogo.

Es considerado el gran exponente de la música religiosa del siglo XX en México, sin dejar de lado su importante aportación al movimiento musical del nacionalismo mexicano, siendo, por lo tanto, el máximo exponente del movimiento del nacionalismo sacro.

Miguel comenzó su carrera musical a los siete años de edad en el coro del Orfeón Pío X, del Colegio de Infantes de la Catedral de Morelia. En 1928 ingresó al Instituto Pontificio de Música Sagrada de Roma y ahí fue ilustrado en órgano, contrapunto, fuga, musicología paleográfica, composición, instrumentación, armonía y canto gregoriano. Se graduó dos años después con los títulos de Doctor en Canto Gregoriano, Maestro de Composición y Concertista de órgano.

En 1933 regresó a México para ser director de la Escuela Superior de Música Sagrada de Morelia, puesto que ocupó durante veinte años. En Morelia se dedicó incansablemente a crear escuelas, así como dar conciertos, cursos y congresos. Publicó una gran cantidad de libros, partituras y revistas especializadas, poniendo especial énfasis en la música sacra. En 1939 fundó la revista Schola Cantorum, primera en su tipo, y uno de los medios más importantes de difusión musical en su época.

En su época, Bernal se hizo de un importante lugar en diversos círculos sociales de México, y entabló amistad con otros grandes músicos de su tiempo, entre los que destacan Manuel M. Ponce y Silvestre Revueltas. Fue reconocido internacionalmente y muchas de sus obras fueron estrenadas en España.

Fundó la Sociedad “Amigos de la Música” en 1938. Y por el mismo tiempo, fue partícipe del proyecto político de Manuel Gómez Morín, como socio del Partido Acción Nacional en Michoacán. En 1944 organizó y dirigió el Coro de los Niños Cantores de Morelia. En 1945 inició su dirección del Conservatorio de las Rosas otorgángole su identidad tal y como hoy la conocemos. Entre 1945 y 1946, recorrió Estados Unidos y Canadá dando conciertos de órgano. Fue decano del Colegio de Música de la Universidad de Loyola en Nueva Orleans, posición que sostuvo hasta su muerte en 1956 a causa de un ataque al corazón.

Miguel Bernal también publicaba regularmente material musical, musicológico y pedagógico en su publicación periódica Schola Cantorum. Yo conocí su música desde que era pequeño y mis padres me llevaban a Misa Dominical a "San José", en el centro de mi ciudad natal Monterrey, allí, a la hora del Ofertorio, escuchaba una melodía que me cautivaba y que gracias a la magia de Internet, la puedo compartir ahora que hablo de Bernal Jiménez. Es parte de su Sonata de Iglesia para Organo.

Les invito a escuchar el «CUARTETO VIRREINAL»:





Ofertorio, de Miguel Bernal Jiménez:

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