sábado, 16 de mayo de 2015

Cápsula Bíblica 1548

Uno de los personajes más interesantes del Nuevo Testamento es el rey David. Él fue elegido por Dios para gobernar a su pueblo (2 Sam 5,1-2) y lo escogió de entre todo Israel, a pesar de que ni el mismo profeta enviado a buscar al nueva rey pensaba que pudiera ser él (1 Sam 16,1). Dios le prometió a este hombre una monarquía mesiánica por medio del profeta Natán (2 Sam 7,8-16) y durante su reinado, mientras se espera la llegada del Mesías, David comprende que Yahvé tiene un lugar visible para habitar en medio de Israel, en el Templo (Ag 2,4-10).

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