domingo, 23 de febrero de 2020

Cápsula Bíblica 3274

En el lenguaje de la Biblia, el nacer «a imagen y semejanza» de alguien, significa ser el hijo de esa persona. La expresión «imagen y semejanza» expresa la relación Padre-hijo de Dios con su pueblo (ver Gn 5,1-3; Lc 3,38). Desde el principio, entonces, vemos que Dios tenía la intención de hacer de su pueblo sus hijos, su divina prole.

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