sábado, 24 de enero de 2015

Cápsula Bíblica 1436

La Palabra de Dios es siempre viva y actúa. Penetra hasta lo más profundo del corazón de quien tiene contacto con ella. Según nuestras circunstancias personales y sociales, la Palabra de Dios nos ilumina, nos impulsa, nos da vida vivificándonos y dándonos fuerza para encontrar el sentido de lo que somos y de lo que vivimos. Por eso los santos, al igual que vivían aferrados a la Eucaristía, así, de la misma manera, con la Palabra en sus labios y en su corazón.

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