domingo, 12 de julio de 2020

«La bella Helena»... Una ópera de Jacques Offenbach

«La bella Helena» (título original en francés, La belle Hélène) es una opéra bouffe en tres actos con música de Jacques Offenbach (Colonia, 20 de junio de 1819 – París, 5 de octubre de 1880) y libreto en francés de Henri Meilhac y Ludovic Halévy. La opereta parodia la historia de la huida de Helena con Paris, hecho que desencadena la Guerra de Troya. La ópera fue estrenada en el Théâtre des Variétés de París, el 17 de diciembre de 1864.

Jacques Offenbach, aunque de origen alemán, se nacionalizó francés. Su apellido original era Eberst, pero su padre lo cambió por el de la ciudad donde había nacido Offenbach am Main. Considerado como el creador de la opereta moderna y de la comedia musical, y uno de los compositores más influyentes de la música popular europea del siglo XIX.

La acción de esta ópera en tres actos se desarrolla en Esparta, poco antes de la partida de los griegos para la guerra de Troya. Comparto el comentario de cada uno de los actos porque en Internet no la encontré con traducción al español. La obra está en francés con subtítulos en alemán.

ACTO I
En Esparta, mientras el Gran Augur de Júpiter, Calcas, se queja de la decadencia de los sacrificios a los dioses, la reina Helena, que languidece en su matrimonio con el débil rey Menelao, se interesa por los rumores sobre un concurso de belleza entre las diosas celebrado en el Monte Ida. Paris, hijo del rey de Troya Príamo, llega a continuación disfrazado de pastor, y le revela a Calcas que ha sido él, en efecto, quien obligado a emitir un juicio, le concedió la manzana del triunfo a Venus; la diosa agradecida, le ha prometido a la mujer más bella del mundo, que no es otra que Helena. Después de una alocada irrupción de Orestes, hijo de Agamenón y sobrino por tanto de Helena y Menelao, se presentan los reyes de Grecia para celebrar la fiesta de Adonis. Una charada en forma de adivinanza ha de revelar al hombre más inteligente; tras el fracaso del ardiente Aquiles y los dos Ayax, es el falso pastor quien se adelanta y da con la solución. Helena, que ya se había sentido fatalmente atraída por el joven al verle antes de la prueba, corona transida de amor al vencedor, que confiesa a todos entonces su verdadera personalidad. En medio del júbilo general, un oráculo amañado por Calcas bajo el dictado de Venus obliga al apático Menelao a marcharse a Creta, dejando sola en Esparta a su bella esposa.

ACTO II
A pesar de las cuatro semanas de soledad y abstinencia, Helena se resiste a la fatalidad amorosa que (inspirada por Venus) le esta empujando a ceder al asedio del hermoso Paris, muy contrariado por sus negativas. Mientras el séquito de Agamenón se entrega al juego y al alcohol, Helena sueña con su amor imposible por el joven. Pero el sueño se hace realidad, y cuando ella y Paris están a punto de alcanzar el éxtasis, se presenta Menelao en la alcoba. A la indignación del marido se suman las fantasías guerreras de Agamenón beodo, el disimulo de Paris y la protesta semi-inocente de Helena. Pero con la precipitada marcha del príncipe troyano se evitará de momento, la tragedia.

ACTO III
En el retiro veraniego de Nauplia la corte vive en un desenfreno instigado por Venus, que quiere vengarse del fracaso de sus planes de premiar a Paris con Helena. Agamanón y el sacerdote Calcas ruegan a Menelao que se sacrifique cediendo a los designios de la diosa y cediendo a su esposa, que sigue proclamando su fidelidad. Pero Menelao tiene otra solución: ha pedido el consejo del augur de Venus, que resolverá el dilema. Ante la ira de Calcas, que resiente la competencia, llega un barco de Citerea, y en él su Gran Augur, que no es otro que Paris disfrazado. Después de predicar la alegría al pueblo, dictamina: la reina ha de embarcar para la isla de Citerea, custodiada por él mismo y haciendo sacrificios a la diosa. La propuesta es muy bien recibida por todos excepto por Helena, que sólo al saber quien se esconde detrás del disfraz acepta. El barco zarpa con los enamorados, pero pronto el engaño es advertido, y Agamenón y Menelao se disponen al combate. La guerra de Troya está al llegar.

¡Vale la pena verla y sobre todo escucharla!

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