jueves, 30 de enero de 2020

Cápsula Bíblica 3250

Dios tiene una pedagogía similar en algunos aspectos a la que tiene un buen padre, pues Dios se ha revelado al hombre comunicándole gradualmente su propio Misterio mediante obras y palabras (CEC 69). Así pues, Dios se da a conocer poco a poco, actuando como un padre: amonestando, guiando, consolando y animando. Y todo esto lo hace, entre otras formas, a través de su Palabra. Las Escrituras mismas se lo explican muy bien al pueblo de Israel, tras su largo paso por el desierto, diciendo: «Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para probarte y conocer lo que hay en tu corazón: si observas sus preceptos o no. Él te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías ni conocieron tus padres, para hacerte reconocer que no solo de pan vive el hombre, sino que vive de todo cuanto sale de la boca de Dios. Tus vestidos no se han gastado ni se te han hinchado los pies durante estos cuarenta años. Reconoce, pues, en tu corazón, que el Señor, tu Dios, te ha corregido, como un padre corrige a su hijo» (Dt 8,2-5).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario