viernes, 5 de agosto de 2011

Cápsula Bíblica 172

Hay que leer la Palabra de Dios en contacto con la vida, experimentando la presencia de Dios como si nos dijera, ofreciéndonos su Palabra: "Levántate y come", como dijo a Elías en el desierto, antes de ponerse en camino hacia Horeb, la montaña del encuentro con Dios (1 Re  19,7). Por esta razón debemos ser conscientes de que hacemos una lectura orante, en la que más que esfuerzo nuestro, la sentimos don de Dios. 

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