lunes, 22 de agosto de 2011

Cápsula Bíblica 189

Podemos acercarnos al texto, cuando leemos la Biblia, para conocer más de la literatura y de la historia de nuestra salvación pero no con una mera curiosidad, sino con un deseo de saber de la historia de la propia familia, de las propias costumbres, de los propios anhelos e inquietudes. Cuando leo, medito y estudio la Sagrada Escritura, estoy unido a "mi familia", la familia de los Hijos de Dios que van al encuentro de la Palabra para encontrarse con Jesucristo, latente en el Antiguo Testamento y vivo y operante en el Nuevo Testamento.

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