lunes, 13 de febrero de 2012

Cápsula Bíblica 364

Debemos leer la Biblia de forma constante y continua, perseverante y diaria, descubriendo lo que Dios nos dice en la Palabra, de forma desinteresada, es decir sin pretender buscar verdades, soluciones o doctrinas. Escuchar a Dios que nos habla por intermedio del autor sagrado de una manera receptiva y serena sin pretender necesariamente entender intelectualmente todo lo leído. La lectura, la meditación y el estudio de la Sagrada Escritura es un momento privilegiado para encontrarse con Dios desde nuestra propia realidad.

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