martes, 10 de abril de 2012

Cápsula Bíblica 421

La resurrección de Cristo no fue un retorno aparente a la vida, o una mera alucinación de los apóstoles, sino que Cristo reasumió su cuerpo humano glorificado. La resurrección de Cristo es un hecho histórico atestiguado por testigos que no podían, ni querían engañar, y mucho menos ser engañados. Entre aquellos que la Biblia menciona que vieron a Jesús resucitado se incluye primeramente a Maria Magdalena, Maria la madre de Jacob, Salomé (Mat 28; Mar16), Juana y las demás con ellas (Luc. 24,10), por supuesto los apóstoles (Mar 16,14; Jn 20,19-29), Cleofás junto con el otro discípulo (Lc 24,13-35), más de 500 creyentes a la vez (1 Cor 15,6) y por último al apóstol Pablo (1a.Cor.15,8). Todos ellos eran gente de esperanza, que, como dice la Sagrada Escritura (Eclo 34,16), estaban llenos del don de Temor de Dios y por eso, llenos de esperanza.

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