sábado, 14 de abril de 2012

Cápsula Bíblica 425

Cuando leemos la Biblia y atendemos a la Tradición de la Iglesia, vemos que unidos a Cristo por el Bautismo, los creyentes participamos ya realmente en la vida celestial de Cristo resucitado (cf. Flp 3, 20), pero esta vida permanece "escondida con Cristo en Dios" (Col 3, 3) "Con Él nos ha resucitado y hecho sentar en los cielos con Cristo Jesús" (Ef 2, 6). Alimentados en la Eucaristía con su Cuerpo, nosotros pertenecemos ya al Cuerpo de Cristo. Cuando resucitemos en el último día también nos "manifestaremos con El llenos de gloria" (Col 3, 4).

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