viernes, 10 de abril de 2020

Cápsula Bíblica 3321

El amor a la Sagrada Escritura nos impulsa con gran dinamismo a hacer vida lo que se ha “leído” y a hacer partícipes a los demás de lo que el Espíritu nos ha regalado en la “lectura”. Sin repercusión en el entorno vital, sea ésta evidente u oculta, no hay verdadera lectura, estudio y meditación de la Biblia. La Escritura nos hace, nos construye interiormente, nos fragua en nuestra identidad, nos evangeliza, nos cristifica. Así el horizonte de la propia existencia se funde con el horizonte del texto sagrado en el tejido, denso y a veces intricado, de la vida cotidiana.

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