domingo, 10 de marzo de 2013

LEONA VICARIO, LA INSURGENTE... Un libro por el Día Internacional de la mujer

Se acaba de celebrar, apenas este viernes pasado, el «Día Internacional de la mujer», por eso quiero ahora recomendar la lectura de unan novela histórica en torno a la figura de una gran mujer mexicana: María de la Soledad Leona Camila Vicario Fernández de San Salvador y Montiel, mejor conocida como «Leona Vicario», quien fue declarada en 1842 como Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria

El libro es del multidisciplinario escritor y novelista Eugenio Aguirre, quien es de la idea de que  “La manera como hasta el momento se enseña la historia en las escuelas de México, la vuelve una materia pesada y tediosa”, nos acerca a la figura de esta extraordinaria mujer con esta novela histórica llamada: «Leona Vicario, la insurgente».   En una pequeña novela, don Eugenio nos muestra algunos aspectos de la férrea y contrastante personalidad de doña Leona Vicario. Una mujer de carácter fuerte pero a la vez romántica; esposa, y al mismo tiempo, madre; que pasa de ser una mujer acaudalada a una mujer que se queda sin nada, con tal de alcanzar la libertad para la patria. Sin duda, la vida y obra de Leona es digna de re-conocerse.

Para la mayoría de la gente, los nombres de los héroes o las fechas importantes sólo se vuelven interesantes para bautizar las calles o ciudades y muy pocos saben que, por ejemplo, la ciudad de Saltillo, Coahuila, se llama «Saltillo de Leona Vicario», porque así lo declaró el congreso constituyente de Coahuila una vez que se consumó la independencia, y que la ciudad de Chetumal, Quintana Roo, se llama «Chetumal de Leona Vicario», un poco por maridaje de estos dos personajes: Andrés de Quintana Roo y Leona Vicario.

Más allá de estas consideraciones, la novela nos acerca a una de las mujeres que participaron en uno de los momentos históricos más trascendentes de México, que, en el caso de Leona Vicario llama la atención que una mujer de clase acomodada y a pesar de la ideología de su tío, Agustín Pomposo (quien se relacionaba con los funcionarios de la Real Audiencia), decidiera unirse a la lucha de la Independencia, guiada no sólo por sus ideales personales, sino también por los de Andrés Quintana Roo, su esposo, con quien lucharía por la libertad de este país.  Entre los fragores de las batallas, en el año de 1814, don Andrés Quintana Roo y doña Leona Vicario unieron sus destinos en matrimonio. Para Leona y Andrés no hubo luna de miel, sino una persecución implacable por parte de los realistas que querían acabar, de una buena vez, con el Congreso Insurgente y enterrar para siempre el espíritu de la libertad de México.  Errando por montes y serranías, viviendo a la buena de Dios, Andrés y Leona trataron muchas veces de sobrevivir y de escapar de la feroz persecución de los realistas.

Desde que uno empieza la lectura, resulta casi imposible mantenerse al margen de esta novela histórica, pues el libro va envolviendo al lector en una atmósfera en la que impera la empatía, no sólo con los más nombrados héroes de la Independencia, sino también con Leona, ya que se va revelando con mayor detalle la importante participación de esta valiente mujer quien lo arriesgó todo, incluso hasta la vida misma, por ver consumada la libertad de los mexicanos. Leona Vicario fue una mujer sumamente interesante, una mujer jubilosa, una mujer luchista, y la pareja que formó junto con Quintana Roo es una de las pocas parejas que puedan ser mostradas como paradigma de un compromiso revolucionario en una  historia de amor, que se gestó al inicio de la lucha. Leona Vicario fue una mujer con personalidad y convicciones propias. Huérfana a edad temprana, forjo su sensibilidad social al ser testigo de la desafortunada situación de la que eran victimas los gobernados de la Nueva España.

Conforme se avanza en la lectura, se va descubriendo a una mujer que fascina por su ingenio y por los diversos temas a lo que dedicó su empeño. Entre otras cosas, Leona preparó un sistema de correo personal que le sirvió para tener contacto directo con los insurgentes. Asimismo estableció el uso de un código o clave especial, que ella misma creó, basándose en la utilización de nombres de los personajes de las novelas que leía, como Telémaco, Robinson, Nemoroso, Lavoisier, etcétera. Con gran ingenio, la protagonista ideaba diversas formas para trabajar en favor de la independencia, organizando talleres de costura, y otorgando apoyo económico sin escatimar; buscando siempre aliados de su confianza que le ayudaran a mantener toda su organización en la más absoluta clandestinidad. A través de este texto queda al descubierto la fortaleza de una mujer valiente, emprendedora, astuta e inteligente que se atrevió a soñar con un país libre; quien aún teniendo que enfrentarse a la persecución, a la miseria y al rechazo familiar y social nunca desistió de sus propósitos, pese a haber recibido en varias ocasiones la propuesta del indulto y el perdón del virrey. Murió a los 53 años de edad a las nueve de la noche del 21 de agosto de 1842. En el año de 1900, los restos de Leona Vicario y de Andrés Quintana Roo fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres del panteón de Dolores. Su lápida reza: ‘A la memoria de Leona Vicario de Quintana Roo, la mujer fuerte que consagró su fortuna y sus servicios personales a la cusa de la Independencia, asociándose después a la patriótica tarea de su ilustre esposo". Años más tarde sus restos fueron trasladados a la Columna de la Independencia, donde descansan actualmente.

Eugenio Aguirre, el autor de la obra, nació en la Ciudad de México el 31 de julio de 1944, ha escrito narraciones, ensayos y guiones de radio, cine y televisión. Su formación le ha permitido abordar la historia con un carácter más recreativo y no quedarse sólo en la relación documental. Leona Vicario, afirma Aguirre, es indiscutiblemente la mujer más destacada entre las heroínas de la lucha de Independencia.

La lectura de este libro es altamente recomendable para quienes, atrapados en medio de los tradicionales métodos escolarizados, un día, de pronto, decidieron que eran malos para aprender cuestiones históricas y la hicierona un lado. Estoy seguro que en este libro, encontrarán una excelente opción que los hará cambiar de parecer.

Felicidades a todas las mujeres por este día, y especialmente a todas aquellas que, como Leona Vicario, saber dar respuesta a la vocación tan especial que Dios ha dado a toda mujer con los dones y cualidades que engalanan al sexo femenino.


Eugenio Aguirre,
"Leona Vicario, la insurgente",
Ed. Planeta, México 2010,
171 páginas.

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