lunes, 4 de enero de 2016

Cápsula Bíblica 1781

El reino de los cielos, del que nos habla la Biblia en el Nuevo Testamento,  permanecerá por la eternidad sin ruinas, por que su Rey no permitirá que se edifique sin entresacar lo verdaderamente precioso de lo vil. "Yo estoy a la puerta" –dice Nuestro Señor Jesucristo en el libro del Apocalipsis- y llamo. Así, la única riqueza verdadera de la iglesia y de cada uno de sus miembros es Jesucristo. Arraigados y cimentados en Él, es por eso tenemos a María como Madre y modelo de la Iglesia.

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